|
EDICIÓN
ENERO 2006 |
|
|
|
<
volver |
|
Metamorfosis
del Poder |
|
|
Conceptual y filosóficamente la política
debiera ser una de las actividades más elevadas
del ser humano, pues implica trabajar por el bien
común, en pro del mejoramiento del país
o región, y de las condiciones de vida de
sus habitantes.
Históricamente no lo fue, en ningún
lugar del mundo, salvo honrosas excepciones. |
|
La Argentina en opinión de analistas de
otros países, y de sus propios habitantes,
no se ha distinguido por la calidad intelectual,
moral o ética de sus políticos.
Una reciente encuesta difundida por los más
importantes medios masivos de comunicación
de nuestro país, los ubica en el último
escalón en la apreciación de sus conciudadanos.
Ello no es casual. Nuestra historia esta jalonada
por numerosos hechos de corrupción, de los
que utilizan la política para su realización
personal o la de su clase o grupo. |
|
Las últimas elecciones son un claro ejemplo
de burla o menosprecio a la voluntad popular.
Un legislador electo ganador se cambia de bando,
pasando, como por arte de magia, de opositor a oficialista.
Pero lo más grave de esto es que cambia a
un partido, que por lo menos en apariencia, se encuentra
en las antípodas ideológicas del que
él militaba previamente.
Un ex canciller, electo diputado, ni siquiera asume
y acepta la embajada en Francia, para luego arrepentirse,
según su declaración, por las críticas
populares, y acepta nuevamente la banca.
Un dirigente electo por la Provincia de Buenos Aires,
por cerca de 400.000 votos, no puede asumir porque
la mayoría de los legisladores cuestionan
su pasado, cosa que no hicieron en el período
preelectoral, y no puede hasta el momento asumir. |
|
Más allá de la persona, es este
un peligroso precedente de burla al veredicto
de las urnas, cometido por gran parte de los que
hasta no hace mucho tiempo merecieron el "que
se vayan todos", y hoy siguen estando en
el mismo lugar.
Ejemplos como estos hay a montones, y justifican,
a mi entender, el depreciado concepto que de la
política y los políticos tiene la
ciudadanía en su gran mayoría.
Quizás esto mereciera un análisis
más profundo de alguien idóneo.
|
|
Pero quiero referirme más específicamente
a la metamorfosis que se produce, de un día
para otro, e incluso de un momento para otro,
de aquellos que acceden a una cuota de poder,
aunque sea ínfimo, y traicionan sus ideales,
sus afirmaciones e incluso su propio estilo de
vida o forma de actuar, simplemente por el hecho
de acceder al cargo.
|
|
Cuántos de nosotros, médicos, hemos
conocido casos de individuos que no se distinguían
ni por su cumplimiento, ni por su perfeccionamiento,
y al acceder al cargo de Jefe de Servicio, Director,
Secretario de Salud, etc., inmediatamente exigieron
de sus subalternos, lo que ellos nunca habían
cumplido, con el agravante en algunos casos, de
actuar incorrectamente otra vez al volver al llano.
Pero hay algo aún más grave que esto.
Representantes de entidades científicas,
o gremiales que encumbrados circunstancialmente,
olvidan rápidamente, por subordinarse a los
deseos o caprichos de su mentor político,
luchas, ideales y principios que sustentaron toda
la vida. |
|
No se puede, siendo profesional de carrera hospitalaria,
por figuración o dinero, permanecer en el
cargo nombrado por el poder político, siempre
efímero, mientras se deroga la Carrera Profesional
Hospitalaria o se jubila anticipadamente a profesionales,
muchos de ellos en lo mejor de su carrera, y cuando
más pueden devolver a la comunidad lo recibido
de ella. |
|
No se puede permanecer en el cargo mientras se
interviene un hospital, se suspende la Carrera,
se cesantea, se traslada, se suprimen jefaturas
ganadas por concurso, se ocupan cargos de carrera
a dedo como ha pasado muchas veces, o se suspenden
definitivamente concursos cuando ya incluso habían
comenzado su tarea los jurados. |
|
No se puede permanecer en el cargo mientras se
implanta un régimen autoritario que ignora
las especiales características de la actividad
médica hospitalaria, que requiere cierto
liberalismo propio de la necesidad de creación
y desarrollo científico, sin que esto implique
en modo alguno la indisciplina, el incumplimiento
o la desidia. |
|
Por último, no se puede permanecer en el
cargo mientras no se pongan el práctica políticas
consensuadas, elaboradas en conjunto por todos los
sectores que tengan que ver con la salud, única
forma de lograr resultados sólidos y duraderos. |
|
La metamorfosis que puede producir el Poder debiera
ser a favor del legítimo orgullo de haber
dado todo para mejorar en la medida de sus posibilidades
el lugar y la función a la que ha dedicado
su vida, recibiendo como recompensa el reconocimiento
de los pacientes y el respeto y afecto de sus pares,
que es junto al de la familia, de lo mejor que uno
puede obtener de esta difícil y hermosa profesión. |
|
Dr. Edmundo
Filippo
Pte. Asociación de Médicos de
Gral. San Martín y Tres de Febrero |
|
<
volver |
|
|
|