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EDICIÓN
NOVIEMBRE 2005 |
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Enfermedades
"¿Los artistas nacieron para sufrir?" |
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La enfermedad y la creación van en
muchos casos de la mano. En la siguiente nota
un resumen que ejemplifica con casos reales
lo que es capaz de generar el extremo dolor. |
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Pareciera que las vidas sacrificadas inspiran
o ayudan a la labor creativa, al menos eso demuestra
en su libro "Males de artistas" el escritor
Omar López Mato, quien a lo largo de su obra,
enumera las enfermedades y el padecer de muchos
grandes del arte. |
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"El arte refleja la vida -dice
López Mato- y la vida no sería
lo que llamamos vida sin la enfermedad..."
El autor está convencido que
en un mundo sin terribles enfermedades
jamás hubieran existido "las
obras que se escribieron entre esputos
de sangre bajo la certeza de un punto
final". |
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Frida Khalo por ejemplo, pintó
su propia realidad "y su realidad
fue enfermedad, lágrimas y dolor.
Dolor en las formas más dramáticas.
Dolor que aplastó su vida. Dolor
que la lanzó en búsqueda
de una ayuda que controlara su sufrimiento."
Cuenta López Mato en "Males
de artistas" y resume de modo eficaz
su historia:
"Frida Khalo nació en Méjico
de la revolución, entre las revueltas
campesinas y un empecinado espíritu
anticatólico. Su padre era un
fotógrafo de origen austro- húngaro
que con su cámara sacó
del anonimato a los miles de mejicanos
que posaron ante su lente, cuyos retratos
y gestos quedaron en el inconsciente
de la pintura de Frida. |
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De muy niña sufrió polio. Su pierna
derecha quedó tullida. A los 20 años
sufrió un accidente automovilístico.
Un año de hospital, allí comenzó
a pintar, para escapar de sus días de inmovilidad.
Allí comenzó a usar sus largas polleras,
que la identificaban con el pueblo y que cubrirían
sus piernas desformadas. |
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Allí comenzó a amar a Diego Rivera,
el hombre de su vida, en una relación de
odio-pasión, deslumbramiento intelectual
y seducción física, peleas apocalípticas
y reconciliaciones cataclísmicas. Desde allí,
comenzaron 29 años de dolor ¡y 32 operaciones!
Muchas de ellas innecesarias o necesarias sólo
para conservar la frágil fidelidad de su
esposo, cada vez que una nueva aventura hacía
peligrar su matrimonio, siempre al borde del colapso." |
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Joan Miró también expresaba su profunda
depresión en la tela, su vida estuvo signada
por su depresión, con las oscilaciones propias
de una personalidad bipolar, tuvo su primer episodio
a los 18 años, cuando obligado por su padre
debió trabajar en una droguería para
alejarse de su gran delirio: "Ser pintor".
Su padre aceptó su decisión pero antes
estuvo tres meses deprimido y en cama porque se
rehusaba a vivir de otra cosa que no fuera de su
arte. |
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Las enfermedades acompañaron también
la actividad de Renoir, quien gracias a su miopía
"le daba esa suave impresión a las formas
que pintaba."
En algunos casos los grandes artistas parecían
agradecer estas vicisitudes de la vida que les permitían
conectarse con lo más profundo de su ser. |
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Khalo pasó por abortos y tratamientos que
en algunos casos fueron más crueles que su
enfermedad, pero en cada uno de sus traumas encontraba
"el puente" con su obra: cuando un pie
le fue amputado por gangrena ella pintó y
escribió: "Pies para qué los
quiero si tengo alas para volar". "Pero
el dolor no calmó -señala Lopez Mato-
Dolor inefable, indescriptible, inescrutable. Porque
el dolor no se comparte. El dolor no se describe
porque mata al lenguaje. Sólo se trasmite
una idea, una palabra, un gesto, un dibujo, en los
que se cargan las sensaciones que no podemos narrar.
Nietzsche llamaba al dolor "perro": fiel,
desvergonzado y traicionero, que clava sus dientes
y se sacude con rabia sin soltar a su víctima." |
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